lunes, 18 de mayo de 2020



Para el homeópata, la historia clínica es la parte más importante del acto médico, siendo el objetivo más extenso diagnosticar correctamente el cuadro nosológico u orgánico actual, ya sea agudo, funcional o lesional, a los efectos de establecer una conducta terapéutica adecuada, para establecer un pronóstico sobre las perspectivas futuras del paciente.
El homeópata, debe individualizar al paciente como entidad única para llegar a conocer en qué se diferencia de cualquier otro enfermo con la misma patología. El diagnóstico del cuadro nosológico proporciona los síntomas de cada enfermedad orgánica o local, diferenciándolos de aquellos que revelan la disfunción del individuo en su totalidad como persona.
Hay que obtener una visión sintetizada del enfermo, es decir, una comprensión de su personalidad, dejando que éste se extienda sin interrupciones en el primer momento de la consulta, observando sus actitudes, sus gestos, sus expresiones y la intención de sus palabras y conducta al juzgar los acontecimientos de su pasado, la crítica de las personas con las que comparte, como también, su situación moral, profesional y familiar.
En esta primera etapa de la consulta, el papel del homeópata debe ser lo más pasivo posible, no interrumpiendo al paciente ni formulando preguntas que puedan ser respondidas con un sí o un no. Su arte debe consistir en extraer el síntoma en su real espontaneidad y autenticidad sin falsearlo de entrada con la pregunta directa, que puede desvirtuar cualquier síntoma con el sólo hecho de sugerirlo.
La sugestión puede hacerse inconscientemente desde ambas partes, dado que casi siempre se establece una TRANSFERENCIA entre el enfermo y el homeópata, también, puede ocurrir que el médico falsee su objetividad FABRICANDO síntomas que el enfermo no tiene para confirmar un diagnóstico terapéutico presuntivamente realizado antes de completar el interrogatorio.
Las únicas interrupciones justificadas serían para pedir aclaraciones sobre el significado de algunas expresiones del paciente o para retornarlo al tema en caso de que se desviara del mismo.
Es relevante anotar los síntomas característicos detectados, de gran valor por ser obtenidos del relato espontáneo, como así también los demás síntomas importantes para el paciente, para que, al volver sobre los mismos, puedan ya hacerse preguntas sobre sus modalidades (horarios, circunstancias, deseos, aversiones, etc.).
Finalizado el relato espontáneo del paciente, y el papel pasivo del médico, es necesario asegurarse de que no han sido omitidos algunos síntomas generales y particulares (con las respectivas modalidades que deben integrar una historia clínica completa).
En la siguiente etapa, se pasa al interrogatorio, como paso primordial es volver sobre los síntomas motivo de la consulta, que por lo general son locales, a los efectos de aclarar en lo posible sus modalidades para que adquieran el valor de síntomas homeopáticos. Una vez obtenido esto, se pasa a interrogar al paciente sobre sus síntomas generales de acuerdo con el siguiente plan:
Reacción general del organismo ante la temperatura y el clima, transpiración, agravación, mejoría, posición y actividad, sueño, apetito, digestión, sed, deseos y aversiones, micción, menstruaciones, antecedentes hereditarios, vacunaciones, tratamientos, operaciones quirúrgicas, etc. En fin, recoger todos los datos relevantes que permitan identificar y escoger el medicamento.


TU ERES UNICO, NO HAY OTRO IGUAL A TI